IGLESIA DE LAS RELIQUIAS
Esta iglesia, edificada en 1635, para dar en ella culto a los Santos Patronos, San Bonoso y San Maximiano, entre las torre de Los Santos y la del Rastrillo, está construida de tal manera y estilo, que son dos iglesias, en la superior la de los Santos en la inferior para las Sagradas Reliquias, debido al desnivel existente entre la plaza de Santa María y el Cementerio de los Santos, por donde tienen sus respectivas entradas a pie llano. El camarín y la espadaña son del S. XVIII.
La Ley de Mendizábal suprimió la Parroquia de Santa María, y para evitar que la iglesia fuera vendida por el Gobierno, se trasladaron los Santos a Santa María y las Reliquias pasaron a la parte superior, quedando la inferior en manos del Gobierno, y en ella se instaló una escuela unitaria para niños, también fue sede de Acción Católica, y últimamente, hasta 1989, almacén de materiales de construcción del Ayuntamiento, estando hasta 1995, dedicado a almacén de todo lo que sobra en la iglesia de Santa María y sirviendo también para albergar las antiguas andas de los santos, sustituidas caprichosamente en el año 1983 siendo Hermano Mayor, Manuel Presa Pérez y Capitán, su hermano, Benito.
La iglesia, llamada hoy Santuario de las Reliquias, es de una sola nave, con presbiterio de mármol rojo, cercado por una reja de hierro, colocada en l777.
Tiene un espacioso camarín con cinco alacenas donde se guardan los huesos de mártires compañeros de nuestros Santos con dos puertas laterales, la de subida que es por la sacristía y la de bajada por la casa del santero. El retablo de estilo renacentista, con cuatro columnas, es obra del maestro Juan de Adán, y que hoy aún se conserva, aunque restauradas dos de sus cuatro columnas.
A un lado y otro de la nave, dos altares churriguerescos con unos lienzos representando: el del lado del Evangelio la Asunción de la Virgen y el de la Epístola a los santos, Isacio, Crotas y Apolo, obra del maestro Juan de Escobar en el año 1698.
A los pies de la nave, el coro, todo de madera, de escaso valor artístico y baranda adornada con adornos de plomo fundido.
Dentro del Presbiterio, en ambas mesas estaban las andas que D. José Morales costeó para las imágenes de los Santos en l880, sustituidos en 1928 por las de metal plateado.
Para la conmemoración del III Centenario del descubrimiento de las Reliquias, se había decorado y restaurado todo el templo.
En el Camarín se hizo nueva mesa de altar de cemento con frontal tallado y dorado, donde se colocó la urna templete de las Reliquias.
Los bancos tapizados de terciopelo rojo, propiedad de la Hermandad de los Santos, se conservaban en esta iglesia.
D. Pedro Alejandro Ruano y Señora, habían costeado para esta iglesia un juego de candelabros eléctricos y otro de metal dorado de un metro de altura para el altar.
ASALTO A LA IGLESIA DE LAS SAGRADAS RELIQUIAS DE LOS SANTOS
Quién diría que después de aquellas apoteósicas fiestas del Centenario de 1928, sólo a los ocho años, iba a ser asaltada y destrozada salvajemente.
A las siete de la mañana, del 26 de Julio de 1936, los milicianos llamaban a las puertas del santero, D. Bonoso Baena Córdoba, a quien obligaron les abriera las puertas para pasar al interior del templo.
Una vez dentro, abrieron las puertas principales y fueron sacando, bancos, sillas, reclinatorios,… formando una hoguera a pocos metros de la puerta. Después sacaron las andas de los Santos, que como antes digo, estaban en el presbiterio, y unos años antes estaban en ellas San Hieroteo y El Resucitado, después se dedicaron a echar una sogas a las columnas del retablo, arrancando dos de ellas. Luego fueron destrozando los altares laterales. Arrancando los retablos que estaban adosados a la pared y arrastrando los sacaron a la calle y los echaron a la hoguera.
Tiraron por el suelo candeleros, manteles, floreros y todos los objetos de culto que encontraron a su paso y que Baena, no pudo ocultar con anterioridad.
Los huesos de las cinco alacenas existentes en el camarín, los dejaron, para que Baena con la burra los llevara al cementerio.
Entre siete u ocho milicianos, empujaron por la boca del camarín el templete de las Sagradas Reliquias, y después arrastrándolo lo sacaron a la puerta, donde quedó a la espera de cargarlo en un camión que nunca llegó.
Llegada la noche y una vez que los milicianos se habían marchado, Baena cerró la puerta y se marchó casa de su madre.
Pasaron los meses desde Julio hasta Noviembre y nadie mas se acordó del templete que desde la mañana del 26 de Julio se encontraba en la calle.
Un día del mes de noviembre, Baena habló con unos cuentos vecinos, Juan Sierra, Manuel de Vicente, Diego González, y Manuel Cobo y entre todos introdujeron las Andas-Templete dentro de la iglesia de las Reliquia, y así se salvó.
RECONSTRUCCION DE LA IGLESIA DE LAS SAGRADAS RELIQUIAS
Esta iglesia no necesitó de reconstrucción ya que no fue incendiada la fabrica del templo.
En abril de 1939, una vez terminada la guerra, cuando volvieron de Jaén D. Juan Antonio León García y D. Basilio Martínez Ramos, tras tres años escondidos, todo estaba destruido menos la iglesia del Carmen y esta de las Reliquias.
Lo primero que se hizo fue blanquear de medio para abajo, limpiar y fumigar la iglesia por haber estado tres años convertida en cuadra. El Templete procesional se restauró un poco, se limpió con tiza y vinagre y se subió al Camarín donde se colocó de nuevo la urna de las Sagradas Reliquias, una vez repuesto el cristal que violentaron para sacar los huesos.
D. Manuel de Lara donó para esta iglesia el oratorio de su hermano D. Sebastián con todos los objetos de culto del mismo.
El retablo gótico se colocó en la pared del lado del evangelio, en el mismo sitio donde antes estuvo el retablo de la Asunción de la Virgen, destruido en 1936.
Este retablo no decía nada por sus reducidas dimensiones y estilo, por lo que el Sr. Prior se lo cedió a las Hermanas de la Cruz del Hospital de San Miguel, situado en la misma plaza de Santa María, para su capilla, que también había sido destruida.
En 1940, llegaron las nuevas imágenes de los Santos, se subieron al camarín, donde recibieron culto hasta el 1942 en que fueron trasladadas a la iglesia de Santa María, una vez acabadas las obras de reconstrucción.
En 1944 un donante anónimo, costeó la restauración del retablo, reponiéndosele las columnas que habían sido arrancadas y destruidas y pintándose las mismas y el resto del retablo, trabajo este que realizaron «Los Chingas», de Andújar.
Los terremotos de 1950, dañaron la techumbre del templo, con peligro de hundimiento, que no es reparado hasta 1953, a costa del Ayuntamiento, colocándole nueva solería y pintándose de nuevo.
En 1968, se comienzan las obras para instalar en él, el Museo de los Santos, encomendándosele la dirección del mismo a D. Jerónimo Gil Mena que con limosnas de algunas entidades del pueblo y donativos de devotos de los Santos, consigue su inauguración un año después, siendo párroco de San Martín, D. Francisco Cristino Garrido, que años después dejaría el sacerdocio, y de San Juan D. Manuel Peña Garrido.
IMAGEN DE SAN PANUNCIO
Aunque se dice que San Panuncio había nacido en Arjona, de lo que no hay certeza, lo que sí se sabe es que sufrió martirio en esta ciudad.
Recuerdo que el día tres de octubre, D. Eduardo Arroyo, entonces cura en Baeza, venía a Arjona y subía a celebrar misa a la iglesia de las Reliquias en honor de este mártir.
La Imagen de San Panuncio, se veneraba en casa de D. Ildefonso Jiménez, en un nicho abierto en la pared del patio.
La imagen del santo, la había él encargado a un taller valenciano en 1927, siendo destruida también en 1936.
Fue una lástima no haber podido reponer la imagen en su nicho, tanto tiempo vacío y después desaparecido.
CAMPANICA DEL TURRON
El campanario de la iglesia de las Reliquias, tenía dos campanas, la del turrón arriba y la otra en el hueco inferior, las dos fueron destruidas en 1936.
La actual campanica del turrón es la de la ermita del cortijo de Santiago, donada por Dª Pilar Verdejo a esta iglesia de las Reliquias, y la otra de mayor tamaño, es la que había en la ermita de San Rafael situada en la esquina de la calle del llano, junto a donde estaba el pozo, que posteriormente fue tapado y que dio nombre a la calle, como de » Pozo del Llano».
RESTAURACION DEL SANTUARIO DE LAS RELIQUIAS
Desde hacía muchos años, estaba proyectada la restauración del Santuario de las Reliquias, ya que presentaba un estado de deterioro bastante importante.
El proyecto y presupuesto corrió a cargo de la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía, y el presupuesto ascendía a la cantidad de veintidós millones de pesetas.
Se comenzaron las obras en marzo de 1998 y se da la circunstancia de que ni el Ayuntamiento ni la Hermandad de los Santos, titular del edificio, conocían exactamente en que iba a consistir la restauración, esperada durante tanto tiempo.
Personados allí, el párroco de San Juan, D. Andrés Segura Moya y el Presidente en funciones de la Hermandad de los Santos, Benito Presa Pérez, con intención de recabar información sobre la restauración, no consiguieron nada ante la negativa del capataz de la obra que se limitó a dar detalles superficiales sobre la misma.
A través de la Concejalía de Cultura del Ayuntamiento, se consiguió información detallada, y se descubrió que se iban a hacer ciertas cosas con las que, ni la Hermandad ni el Ayuntamiento, estaban de acuerdo, tales como cambiar las puertas de arriba del Santuario, que estaban es perfecto estado, o cambiar las rejas de las ventanas de abajo de hierro forjado por otras modernas, de peor calidad y sin mas adornos, que desdecían bastante del resto del edificio. Asimismo, al pavimentar la parte baja del Santuario, desaparecía el presbiterio de piedra, y que por pura casualidad, se consiguió que éstas piedras no fueran destruidas.
Ante tanto desatino, se provocó una reunión en Arjona a la que asistieron el arquitecto del proyecto Sr. Salmerón, el Delegado de Cultura D. Pedro Carmona y, también, el Presidente en funciones de la Hermandad, Sr. Presa Pérez y el Alcalde Sr. Sánchez Camacho y un representante de la empresa que realizaba las obras.
Igualmente se cometió el error de no restituir la fábrica original sobre la casa del santero, existiendo claros indicios de existencia de fábrica mixta de ladrillo con cajones de tapial calicastrado, igual al existente en la fachada opuesta.
De esa reunión, lo único que se pudo sacar en claro es que, en las ventanas se volverían a colocar las mismas rejas que había antes, que las piedras del presbiterio se volverían a colocar de nuevo y que la linterna que hay sobre el camarín de las Reliquias, se haría nueva.
Nada se pudo hacer por evitar poner nuevas puertas en las entradas de arriba y de abajo, que, especialmente la de arriba, se encontraba en perfectas condiciones y las nuevas son de peor calidad.
Poco antes de Fiestasantos del año 1.998, se consiguió acabar la obra y poner en marcha el Museo para las Fiestas, por entonces bajo la dirección de José Montero Sierra.
El día 22 de Agosto de 1998 a las once de la mañana, se descubrió una placa, en recuerdo de D. Jerónimo Gil Mena, que fue el fundador y primer director del Museo de los Santos, desde 1970 hasta su muerte.
En este año 1998 surgió una polémica entorno a la celebración de la fiesta en Agosto, debido a que en la plaza de Santa María, en restauración, se habían encontrado restos arqueológicos que necesitaban unas excavaciones de urgencia y que se habían iniciado meses antes.
La plaza de Santa María presentaba un aspecto nada halagüeño para unas celebraciones religiosas en dicha iglesia, por lo que los bulos empezaron a circular con entera libertad y especulándose con que este año la novena sería en San Martín y que la procesión no saldría de Santa María.
Afortunadamente unos días antes de comenzar los cultos, la plaza quedó totalmente utilizable, aunque no remodelada, y los actos de Santa María se celebraron con absoluta normalidad.