ALJIBE ALMOHADE

Interior del aljibe Almohade (S. XII): En la parte inferior de la Iglesia de Santa María. Da fe de la existencia del antiguo Alcázar árabe.

 

En el lugar donde ahora se encuentra la Plaza de Santa María, en tiempos pasados se alzaba un imponente castillo medieval que dominaba la zona más elevada de la ciudad. Hoy en día, solo quedan algunos vestigios de esa fortificación, entre los cuales destaca el espectacular aljibe almohade.

Este aljibe fue construido para satisfacer las necesidades de agua de la guarnición musulmana durante un asedio. Presenta una planta rectangular dividida en tres naves, las cuales están cubiertas con bóvedas de cañón construidas con ladrillo. Estas naves están separadas entre sí por dos alquerías dobles que se apoyan en gruesas columnas reutilizadas de la época romana. En estas columnas se pueden apreciar inscripciones legibles que ofrecen valiosa información sobre su origen y uso.

 

 

IMP. CAESARI AVGVSTO DIVI F.

PONTIFICI. MAX. TRIB.

POTEST

XIIX. COS. XI. PATRI PATRIAE.

D. D.

«Dedicada al emperador César Augusto hijo del divino Julio pontífice máximo, siendo la potestad tribunicia la décimo octava vez y cónsul la oncena vez Padre de la Patria por decreto de los Decuriones» (MARTÍNEZ RAMOS, 1965, 83)

Q. MARIO.Q.F.HISPANO.

PATRI. DD.

«A su padre Quinto Mario Hispano, hijo de Quinto. Dio y dedicó»

En la primera nave del aljibe, se puede apreciar un pequeño vano rectangular que originalmente servía como entrada a su interior. Sin embargo, en la actualidad este acceso se encuentra bloqueado con ladrillos. En la segunda nave, aún se conserva un atanor de barro que formaba parte de una de las canalizaciones utilizadas para llevar agua al interior del aljibe.

 

 

Construido durante el siglo XII, a lo largo del dominio almohade en al-Ándalus, este impresionante aljibe se erige como testigo de la ingeniería hidráulica de la época. Su estructura adopta una disposición rectangular, apoyada sobre una sólida base geológica y rodeada por robustos muros de más de un metro de grosor, construidos con tapial de argamasa y recubiertos de mortero de cal.

Ocupando una extensión de 10,56 metros por 4,96 metros, el aljibe está cubierto por tres imponentes bóvedas de cañón, erigidas con ladrillo y separadas por arcos de medio punto, cuya existencia ha llegado hasta nuestros días gracias al detallado inventario realizado por el historiador Martín Ximena Jurado en el siglo XVII.

En sus pedestales, situados justo en el arranque de los arcos, se observan estructuras que funcionan a modo de capiteles, aunque su superficie muestra evidencias de haber sido alterada, probablemente debido a la influencia iconoclasta impuesta por la cultura almohade. Estos pedestales, rescatados e integrados por los constructores almohades, añaden un toque de refinamiento estético a esta infraestructura hidráulica, que ha perdurado en funcionamiento hasta los albores del siglo XXI, siendo finalmente revalorizada con fines turísticos.

La capacidad de almacenamiento de agua de este aljibe almohade se estima en más de 210 metros cúbicos, principalmente abastecido por el agua de lluvia a través de tres aberturas ubicadas en el centro de cada una de las bóvedas.

La importancia del suministro de agua para el desarrollo urbano se evidenció desde la época romana, volviéndose esencial para la vida en las medinas medievales. Así, se desarrolló una extensa red de infraestructuras, incluyendo baños, fuentes y aljibes de gran capacidad y monumentalidad. El Aljibe de Arjona destaca como único en su clase dentro de la «Ruta de Castillos y Batallas» en la provincia de Jaén, junto con el ubicado bajo el claustro del Palacio de las Veletas en Cáceres, siendo ambos ejemplos destacados de la ingeniería almohade conservada en España.